viernes, 27 de febrero de 2009

VI

El beso que va a la boca,
la pálida metáfora
envuelve los sentidos,
distrae ciegamente el corazón.
aún así en su interior
despierta un silencio enorme,
que no alcanza a descifrar
su mar de preguntas.
Se enloquece leyendo historias de amor,
para tratar de resolver la suya,
pero ni siquiera las palabras
la ayudan a enfrentar la situación.
Su mirada se pierde en lo alto,
en la más alta estrella,
se deje llevar por las ilusiones y
sus deseos tan anhelados.
Se cubre su paisaje en negro y gris,
dejando caminos de tristeza.
Sigue adelante, sin mirar atrás, y descubre que su silencio
no es más que un capricho que se cruzó en la vida.